La plata es uno de los metales más hermosos, y extendidos, del mundo. Ese “brillo de la luna” nos rodea en forma de joyas, pero también otras piezas: vajillas, cubiertos, marcos de fotos… Y como por desgracia todos sabemos, la plata se pone fea. Se oscurece hasta perder todo su brillo, quedando con un aspecto triste, que nos hace pensar más en “chatarra” que en un metal precioso.
Entonces te preguntaras: ¿cómo limpiar la plata? Por suerte, limpiar plata es sencillo. Se trata de un trabajo manual fácil, que requiere un poco de laboriosidad por tu parte, pero que ofrece resultados espectaculares: nada como saber con que se limpia la plata y verla brillar de nuevo como el primer día. Así que voy a explicarte 7 métodos o trucos para limpiar plata en casa de forma fácil, para que tú escojas el que mejor se adapte a tus piezas, tus recursos, o tus necesidades.
Básicamente por dos factores que no puedes controlar: el aire, y tú misma/o.
En lo que al aire respecta, el problema es un tóxico muy común llamado sulfuro de hidrógeno (H2S). Éste es el gas responsable de muchos de los “malos olores” que percibimos (se le llama también “gas de alcantarilla”, con eso te lo digo todo), y lo encontramos por ejemplo en el gas natural, o fruto de la descomposición de algunos alimentos.
Este gas, del que se encuentran trazas en la atmósfera de manera habitual, es el responsable del ennegrecimiento de la plata. Al contactar con la plata, se da una reacción química que genera sulfuro de plata (Ag2S), quedando el compuesto fijado en la superficie del objeto de plata.
Y mientras todo esto ocurre, entramos en juego nosotros, las personas: el pH de nuestra piel, los compuestos de nuestro sudor, incluso lo que comemos o con lo que nos medicamos, contribuyen a acelerar las reacciones químicas explicadas antes.
El resultado: la plata se ennegrece. ¿La solución? Está en tus manos.
1.Prevención
No está de más recordarlo. Aunque el proceso de ennegrecimiento de la plata es casi inevitable, podemos poner de nuestra parte para que las piezas estén mejor protegidas. Recuerda que, aparte del ennegrecimiento, otro problema de estas piezas son los arañazos, rayas y otras marcas. Para evitarlos en la medida de lo posible, y también proteger mejor las joyas del ambiente, lo principal es guardarlas en un joyero. Pero no amontonadas. El típico batiburrillo de colgantes y anillos mezclados en una cajita sin compartimentos sólo sirve para que se rayen unos a otros. Es importante tener un joyero con sus compartimentos, y a ser posible con algodón o algún otro tejido suave que acolche las piezas.
Esto no aparece en ningún artículo sobre cómo se limpia la plata, y todo el mundo se sorprende cuando lo explico. Pero es sorprendente la cantidad de manchas que se pueden quitar de una pieza de plata aplicando simplemente una goma de borrar. No olvides probarlo antes de lanzarte a por otros métodos más expeditivos.
Empezamos con los métodos algo más elaborados, que buscan sobre todo una reacción química que elimine esa capa de sulfuro de plata. El primer truco, uno de los más conocidos, es utilizar bicarbonato sódico. Crea una pasta con agua, espárcela sobre la superficie de plata que deseas limpiar, y luego frótala bien con un paño suave. Eso se llevará el sulfuro por delante.
Ésta es una variante aun más “casera” que la anterior. Los componentes de la pasta dentífrica reaccionan con el sulfuro de plata, eliminando el azufre. De modo que en piezas muy grandes (por ejemplo, bandejas o teteras de plata) puedes utilizar pasta de dientes. Primero debes limpiar bien la superficie con agua y jabón, y luego aplicar la pasta con un paño. Lo dejas actuar durante unos minutos, y lo eliminas con otra ronda de agua y jabón. Y ya podrás utilizar esa bandeja como un espejo, si quieres.
Un sistema algo más expeditivo. Personalmente, y dados los riesgos y las opciones disponibles, es el que menos me gusta utilizar. Pero funciona bien si se hace correctamente. Se trata de mezclar una parte de agua caliente con otra de amoníaco, exactamente en la misma proporción. Esta combinación elimina el sulfuro de plata a gran velocidad, pero el amoníaco es un agente muy abrasivo: si te pasas, puede acabar afectando la pieza. De hecho, si se trata de una joya en la que hay gemas, o especialmente perlas, es mejor que lo olvides, porque a ellas seguro que les afectará. El amoníaco, por ejemplo, corroe el nácar que recubre la perla, y le da ese brillo tan especial.
Una mezcla que da buenos resultados: un vaso de agua caliente, un puñado de sal gorda, una cucharada de vinagre, y un chorro de líquido lavavajillas. Remueve bien (interesa que la sal se vaya disolviendo en el agua) y sumerge en esta solución las piezas de plata. Déjalas un cuarto de hora, acláralas debajo del grifo, y sécalas con un paño: como nuevas.
Un método más elaborado, pero que ofrece resultados maravillosos para limpiar plata. Se trata de coger un recipiente (un cubo, una ensaladera grande… depende de tus piezas) y forrarlo con papel de aluminio. Luego sólo tienes que llenarlo con agua caliente y sal. Al introducir las piezas de plata ocurre una curiosa reacción química: el cloro de la sal reacciona con el aluminio, llevándose por el camino el sulfuro de plata, y dejando en su lugar la plata pura. Dale diez minutos para que la reacción quede completa, saca la plata, sécala, y disfruta de los resultados. Proximamente subiremos un video.
Con los métodos arriba explicados tienes ya un gran abanico de opciones para limpiar plata y dejarla como el primer día. Son métodos, además, que pueden servir tanto para piezas grandes, vajillas, etc, como para joyas de plata (con las precauciones ya comentadas). Sin embargo, hay 4 consejos más que quiero darte, y que te ayudarán en la limpieza de tus joyas y piezas de plata.
En general, limpiar cualquier joya que lleve engastadas piedras preciosas supone una dificultad añadida. Te dejo aquí una serie de ideas que debes tener en cuenta: